¡Ajá! Así que tu peludo lleva unos días raro con el hocico, ¿eh? Lo notas incómodo, se rasca, se lame más de lo normal o tiene heridas que antes no estaban… Tranquilidad ante todo, que aquí estamos para ayudarte. Desde Las Almenas, como criadores responsables y especialistas en bienestar canino, siempre repetimos lo importante que es detectar a tiempo cualquier anomalía (y por eso es importante observar a menudo a nuestro peludo, ¡se merecen nuestra atención!). Por eso hemos preparado esta guía completísima (y sin rollos técnicos imposibles) sobre las enfermedades en el hocico de los perros.
Prepárate (si quieres, caliéntate un café), porque vamos a resolver todas esas dudas que te rondan la cabeza con ejemplos claros, consejos útiles y, como siempre, de forma entretenida y fácil. ¿Estás listo? ¡Sigue leyendo!
¿Por qué es tan importante cuidar el hocico de tu perro?
El hocico de los perros no solo es su «radar» para oler TODO, también es una zona muy sensible y expuesta. A través del hocico, tu perro explora el mundo, se comunica, juega, come, respira… ¡Lo usa para absolutamente todo! Por eso, cualquier herida, inflamación o anomalía en esta zona puede afectar seriamente su bienestar y calidad de vida.
Y aquí viene la parte importante: muchas enfermedades del hocico de los perros no son tan evidentes al principio, y si se dejan pasar, pueden empeorar rápidamente. Así que, como se suele decir… más vale prevenir que curar.
Las enfermedades más comunes del hocico de los perros
El hocico de tu perro puede ser un auténtico chivato cuando algo no va bien en su salud. Y no hablamos solo de un rasguño o una costra pasajera. Detrás de un pequeño cambio puede esconderse una enfermedad que, si no se trata a tiempo, puede complicarse. Así que, si has notado que tu perro tiene el hocico enrojecido, con bultos, heridas, costras, sangrados o incluso mal olor… este apartado es para ti.
Vamos a repasar las enfermedades del hocico más frecuentes en los perros, explicadas de forma sencilla, con síntomas claros y consejos útiles. Porque conocerlas es el primer paso para proteger a tu compañero de cuatro patas. Y ya sabes: cuanto antes actúes, mejor pronóstico tendrá tu peludo.
1. Rinitis canina
¿Tu perro ha empezado a estornudar más de lo habitual? ¿O es que has visto que tiene el hocico constantemente mojado o con secreción? Esto podría ser un caso de rinitis canina, una inflamación de las mucosas nasales que, aunque parece algo sencillo, puede llegar a ser muy incómoda para él.
La rinitis puede ser causada por infecciones virales o bacterianas, alergias o la presencia de cuerpos extraños, como polvo o pelos en el hocico. Los síntomas más comunes son los estornudos, secreción nasal (que puede ser transparente o de color verdoso si hay infección) y dificultad para respirar por la nariz. A veces, también puede ir acompañada de tos.
¿Qué hacer?
Si notas que tu perro está muy incómodo o no mejora, lo mejor es consultar al veterinario. Si es una infección bacteriana, podría necesitar antibióticos. Si la rinitis viene por alergias, el veterinario te recetará antihistamínicos. Como siempre os decimos desde Las Almenas, una visita a tiempo al veterinario es la clave del bienestar de nuestro peque.
2. Estomatitis canina
¿Has notado que tu perro babea más de la cuenta, tiene mal aliento o le cuesta comer aunque tenga hambre? Ojito, porque podría estar sufriendo una estomatitis. Este problemilla ocurre cuando la boca se convierte en un campo de batalla: encías inflamadas, llagas, dolor… Y sí, también puede afectar al hocico.
A veces se desencadena por una infección, otras por una enfermedad autoinmune, y en casos más serios, puede ser la pista de algo más grave como un tumor o incluso leishmaniosis. Vamos, que no es ninguna tontería.
Síntomas que deberían encenderte las alarmas:
- Babeo constante (y no solo cuando huele comida).
- Aliento fuerte, pero fuerte de verdad.
- Úlceras o llagas en la boca y alrededores.
- Dolor al masticar; rechaza la comida o solo come cosas blandas.
¿Qué hacer?
El tratamiento depende del origen. Puede ir desde antibióticos y antiinflamatorios hasta cirugía en los casos más graves. También puede requerir cambios en la dieta, suplementos o incluso tratamientos más complejos si hay una enfermedad subyacente. Lo mejor, como siempre, es no esperar y consultar con tu veterinario cuanto antes.
3. Llagas y úlceras bucales: esas visitas incómodas
¿Tu perro ha dejado de comer con las ganas de siempre? ¿Le ves como incómodo, relamiéndose o sacando la lengua sin parar? Ojito, porque podría estar lidiando con llagas o úlceras en la boca. Y sí, duelen un montón. Estas pequeñas lesiones pueden aparecer por muchas razones: desde una mordida accidental (sí, también se muerden sin querer), hasta enfermedades infecciosas o problemas inmunológicos.
¿Cómo saber si mi perro tiene úlceras bucales?
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Dificultad o rechazo al comer, incluso cosas que antes le encantaban.
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Babeo constante
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Lengua en movimiento raro o gestos extraños con la boca.
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Mal aliento
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Irritación o enrojecimiento visible en encías o lengua.
¿Qué lo causa?
A veces surgen por un mordisco mal dado (sí, los huesos duros pueden pasar factura), otras por infecciones por hongos o bacterias, bajadas de defensas o incluso enfermedades más serias como el lupus o la leishmaniosis. También pueden ser un efecto secundario de ciertos medicamentos o por un sistema inmunológico algo despistado.
¿Qué hacer?
Lo primero, revisión veterinaria. A veces basta con un tratamiento tópico, pero en otras ocasiones harán falta antifúngicos, antibióticos o analgésicos. No es un “esperamos a ver si se le pasa solo”, porque si se infecta… mal asunto.
4. Tumores o bultos en el hocico: cuando hay que tomárselo muy en serio
Aquí es donde todos contenemos un poco la respiración. Porque sí, cuando hablamos de bultos, nódulos o masas en el hocico, lo primero que pensamos es en algo malo. Pero, ¡un poco de tranquilidad! No todos los bultos son tumores malignos. Pueden ser abscesos, quistes o bolitas de grasa que, aunque molestos, no son cancerígenos.
Ahora bien, si notas un crecimiento extraño en el hocico de tu perro, lo más importante es no esperar. La detección temprana es CLAVE.
¿Cómo saber si mi perro tiene un tumor o un bulto maligno?
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Bulto visible que no estaba antes y que crece.
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Sangrado nasal sin causa aparente.
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Cambios en la forma de la nariz o del morro.
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Mal aliento persistente.
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Dificultad al masticar o tragar.
¿Y si es algo serio?
En algunos casos, puede tratarse de tumores como el carcinoma de células escamosas o el melanoma oral, que son más comunes en razas grandes y de edad avanzada. Pero no te adelantes a lo peor, el diagnóstico siempre debe hacerlo el veterinario mediante pruebas clínicas como una biopsia, radiografías o incluso un TAC.
¿Qué opciones de tratamiento hay?
No te podemos decir un tratamiento concreto, ya que dependerá mucho del tipo de masa. Puede ir desde la extirpación quirúrgica (cuando se puede y está localizada) hasta tratamientos más complejos como quimioterapia o radioterapia.
Nota importante: No todos los tumores son sentencia. Muchos perros viven felices tras la extirpación de masas benignas o incluso con tratamiento en curso. No os desesperéis (aunque sabemos lo difícil que es no preocuparse y ponerse en lo peor) hasta recibir el diagnóstico del veterinario.
5. Gingivitis y enfermedad periodontal: el enemigo silencioso
¿Has notado que tu perro tiene mal aliento, aunque no haya comido sardinas? ¿Le sangran las encías o se queja al masticar? Pues cuidado, porque podría estar sufriendo gingivitis o algo más avanzado, como una periodontitis.
La gingivitis es una inflamación de las encías provocada por la acumulación de placa bacteriana. Es bastante común (de hecho, más del 80% de los perros adultos la tienen en algún grado), y aunque no suena grave, puede escalar rápido. Si no se trata, pasa a periodontitis, donde ya se ve afectado el hueso que sujeta los dientes, y ahí sí que hay dolor, infecciones y hasta pérdida dental.
¿Cómo saber si mi perro tiene gingivitis?
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Encías rojas o inflamadas
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Mal aliento persistente
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Sangrado al masticar
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Rechazo de alimentos duros
¿Qué hacer?
Lo primero es una limpieza dental profesional. Si hay infección, el veterinario podría recetar antibióticos o antiinflamatorios. Pero lo más importante es prevenir. Cepilla los dientes de tu perro regularmente, usa snacks dentales y haz revisiones anuales para asegurarte de que todo esté en orden.
6. Papilomatosis oral: las verruguitas molestas
¿Tu perro tiene como unos bultitos pequeños tipo coliflor en el hocico o encías? Podría ser papilomatosis oral, una infección viral común en perros jóvenes. En la mayoría de casos desaparece sola, pero si crecen mucho o molestan al comer, hay que intervenir.
¿Por qué salen?: El responsable es el virus del papiloma canino, que afecta a perros con sistemas inmunitarios aún en desarrollo. Aunque no es grave, puede ser incómodo, y algunos bultos pueden crecer y causar molestias.
¿Cómo saberlo?
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Pequeñas verrugas en el hocico o las encías
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Dificultad para comer si las verrugas son grandes
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Posible sangrado si se rompen o se infectan
¿Qué hacer si mi perro tiene papilomatosis oral?: Generalmente, desaparecen solas en unas semanas. Si ves que crecen mucho o le dificultan comer, lo mejor es llevarlo al veterinario, quien podría recomendarnos extirparlas. En casos más graves, podrían necesitarse tratamientos antivirales, pero esto es raro.
7. Leishmaniosis: Un enemigo invisible
Vale, este es un tema que merece toda nuestra atención. La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria transmitida por la picadura de un mosquito, y aunque no es exclusiva del hocico, puede afectar a esa zona, causando úlceras y lesiones cutáneas. Los perros infectados pueden mostrar síntomas como pérdida de peso, letargo, y claro, esos bultitos o llagas en el hocico. ¿Sabías que la Leishmaniosis es una de las 10 enfermedades más comunes en perros? En nuestro blog ya te hemos hablado de ello anteriormente, ¡échale un ojo y mantén a tu perro sano!
¿Qué hacer? La leishmaniosis no tiene cura, pero sí tiene tratamiento. Lo mejor es prevenirla con un collar o pipetas antiparasitarias y, si ya ha aparecido, el tratamiento veterinario incluirá medicamentos para controlar la infección y evitar que avance. ¡Es mejor prevenir que lamentar, amigos!
8. Quemaduras solares: el sol también afecta a los perros
Aunque pensemos que el sol solo es un problema para los humanos, nuestros peludos también pueden sufrir quemaduras solares, especialmente en la nariz, las orejas y el hocico. Los perros con el pelaje corto o claro son los más vulnerables.
¿Qué señales pueden aparecer?
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Enrojecimiento de la piel, especialmente en la nariz o el hocico.
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Costras o lesiones en la piel por la exposición prolongada al sol.
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Dolor al tocar las zonas afectadas, que se nota si tu perro evita que lo acaricies en esa zona.
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Piel sensible o incluso sangrado si las quemaduras son graves.
¿Por qué pasa esto?
El hocico, sobre todo en perros de pelaje corto o blanco, es una zona muy expuesta al sol. Si tu perro pasa mucho tiempo fuera, puede sufrir quemaduras solares, al igual que nosotros.
¿Qué hacer si mi perro se ha quemado?
Evitar la exposición prolongada al sol, especialmente en las horas más fuertes. Si ves que tu perro ya tiene una quemadura, lo mejor es que lo lleves al veterinario, que podría recetarle cremas tópicas para aliviar el dolor y reducir la inflamación. Además, usar protector solar para perros en áreas sensibles como la nariz y las orejas puede prevenir este problema en el futuro.
¿Cuándo acudir al veterinario por un problema en el hocico de tu perro?
Ya lo sabes: más vale prevenir que curar. Pero también es importante saber cuándo un problema requiere atención inmediata y no vale esperar «a ver si se le pasa». Aquí van algunas situaciones donde la visita al veterinario no es opcional:
- Bultos nuevos o que han crecido rápidamente. Sobre todo si están duros, sangran o le molestan al comer.
- Heridas o úlceras que no cicatrizan en 5-7 días. Aunque no parezcan graves, pueden esconder una infección o un tumor.
- Mal aliento persistente. Puede ser señal de gingivitis, infección o incluso problemas digestivos, pero nunca debe ignorarse. Por cierto, si quieres saber más sobre el mal aliento en perros, te recomendamos pasarte por nuestro articulo «Por qué huele mal mi perro: 5 motivos y cómo evitarlo«, ¡es súper útil si estás en esa pelea contra el mal olor de tu perro!
- Dolor al masticar o dejar de comer alimentos duros. Signo típico de afección dental o inflamación en encías.
- Sangrado nasal o de encías sin causa aparente. Más común en infecciones, tumores o enfermedades sistémicas.
- Estornudos constantes, secreción nasal espesa o ronquidos nuevos. Podrían indicar desde rinitis hasta cuerpos extraños o tumores.
- Cambios visibles en la nariz: como despigmentación, costras o heridas en zonas expuestas al sol.
Si notas alguno de estos síntomas o simplemente tienes la sensación de que algo no va bien, confía en tu instinto y contacta con tu veterinario. En 2025 no hay excusas para no actuar a tiempo: tienes apps para reservar cita, videollamadas veterinarias y clínicas con urgencias 24h.
¿Cómo prevenir enfermedades en el hocico de tu perro?
Ahora que ya conoces las enfermedades más frecuentes y sabes cuándo hay que correr al veterinario, toca pasar al modo proactivo. Porque sí, hay muchísimo que puedes hacer en casa para prevenir todos estos problemillas que hemos repasado.
- Cepíllale los dientes a diario con pasta específica para perros. Ya sabemos que cepillarle los dientes a tu perro puede sonar tan fácil como bañarte con una foca (sí, algunos lo odian). Pero hay mil alternativas: cepillos de dedo, pastas dentales con sabor a pollo, sprays orales, snacks dentales, juguetes diseñados para limpiar encías… Encuentra lo que mejor funcione para ti y tu peludo, y conviértelo en rutina. Una buena higiene previene el 80% de los problemas bucales.
- Revisa su hocico una vez por semana: encías, lengua, dientes, nariz, piel. Acude al veterinario para realizar chequeos al menos una vez al año y, si tu perro ya ha pasado los 7-8 años, mejor cada 6 meses. Hay patologías que no dan la cara hasta que ya están avanzadas. Un chequeo rutinario puede detectar bultos, infecciones, problemas dentales o enfermedades inmunológicas a tiempo.
- Cuida su alimentación: el pienso seco, los snacks funcionales y el agua limpia ayudan. Una buena dieta es la mejor defensa contra infecciones, alergias y enfermedades inflamatorias. Consulta con tu veterinario si tu perro necesita pienso hipoalergénico, suplementos para las encías o una dieta más específica según su edad o condición.
- Evita que muerda objetos duros como piedras o palos. Pueden provocar fracturas dentales, heridas o incluso dejar astillas clavadas en encías o paladar. Mejor optar por juguetes específicos para perros, de materiales seguros y adaptados a su tamaño y fuerza de mordida.
- Controla la exposición solar si tiene el hocico claro o despigmentado ¿Te imaginas pasar todo el día al sol sin protector? Pues tu perro tampoco debería. En hocicos blancos, rosados o con pérdida de pigmento, usa cremas solares para perros o limita el tiempo de exposición en las horas más fuertes del sol.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
- ¿Por qué el hocico de mi perro está seco?
Es normal que el hocico de tu perro esté seco de vez en cuando, especialmente si está cansado o ha estado expuesto al sol. Sin embargo, si notas que se seca constantemente o está agrietado, podría ser señal de una afección como la hiperqueratosis. En estos casos, es mejor consultar con un veterinario para asegurarte de que no haya un problema subyacente. - ¿Qué debo hacer si mi perro tiene costras o heridas en el hocico?
Las costras o heridas en el hocico de tu perro pueden ser causadas por infecciones, alergias o incluso traumatismos. Si ves que no desaparecen o empeoran, es importante que lo lleves al veterinario para una evaluación. Las heridas o costras pueden necesitar un tratamiento antibiótico o algún cuidado especial para prevenir infecciones. - ¿Las infecciones nasales son graves en los perros?
No todas las infecciones nasales son graves, pero si se dejan sin tratar, pueden complicarse. Los síntomas comunes de una infección nasal son estornudos excesivos, secreción nasal y dificultad para respirar. Si notas estos síntomas en tu perro, es recomendable acudir al veterinario para que pueda recibir el tratamiento adecuado, como antibióticos o antifúngicos. - ¿Qué significa si mi perro tiene bultos en el hocico?
Los bultos en el hocico de tu perro pueden ser benignos, como abscesos o quistes, pero también pueden ser más serios, como tumores. Si encuentras un bulto en el hocico de tu perro, lo mejor es que lo lleves al veterinario lo antes posible. Él podrá realizar pruebas para determinar si se trata de algo inofensivo o si es necesario un tratamiento más serio. - ¿Cómo puedo prevenir problemas en el hocico de mi perro?
Para prevenir problemas en el hocico de tu perro, es fundamental mantener una buena higiene dental, evitar que muerda objetos duros que puedan lastimar su hocico y asegurarte de que no esté expuesto a sustancias o materiales irritantes. Además, las visitas regulares al veterinario son clave para detectar cualquier problema de salud a tiempo. - ¿Es normal que mi perro tenga mal aliento?
El mal aliento en los perros no siempre es normal. Si tu perro tiene mal aliento de manera persistente, podría ser un signo de problemas dentales o de encías, infecciones en la boca o enfermedades más graves. Si el mal aliento no desaparece con una buena higiene dental, es mejor visitar al veterinario para hacer un diagnóstico. - ¿Mi perro puede tener alergias en el hocico?
Sí, los perros pueden sufrir alergias que afecten al hocico, especialmente si son sensibles al polen, polvo, productos de limpieza o ciertos alimentos. Los síntomas incluyen estornudos, secreción nasal y enrojecimiento. Si sospechas que tu perro tiene alergias, un veterinario puede ayudar a determinar la causa y recomendar un tratamiento adecuado. - ¿Qué hacer si mi perro se rasca o frota mucho el hocico?
El rascado o frotado excesivo del hocico puede ser un indicio de irritación o malestar, causado por alergias, infecciones o incluso parásitos. Si tu perro se rasca mucho o muestra incomodidad, es importante que lo lleves al veterinario para que lo revise y determine si hay alguna afección que requiera tratamiento.
Y ahí lo tienes, una guía super completa sobre las enfermedades más comunes en el hocico de tu perro. Como has visto, un pequeño cambio en su hocico puede ser una señal de que algo no está del todo bien. Así que si notas algo raro (¡como ese mal aliento sospechoso!), no dudes en actuar rápido.
¿Te ha sorprendido alguna de las enfermedades que hemos comentado? ¿O tal vez ya has notado alguno de estos síntomas en tu peludo? Si es así, ya sabes, ¡a visitar al veterinario!
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