Los abcesos son una de las dolencias más comunes en los perros, y aunque no son peligrosos, pueden ser bastante dolorosos e incómodos para nuestras mascotas. Los abcesos pueden ser causados por una variedad de factores, desde una simple infección por una mordedura de insecto, hasta una herida profunda y mal curada. En cualquier caso, es importante conocer los signos y síntomas de un absceso, para poder tomar las medidas necesarias y ayudar a tu perro a recuperarse lo antes posible. En este artículo de las Almenas, te contaremos todo lo que necesitas saber sobre los abcesos en perros.
¿Qué son los abcesos?
En términos simples, un absceso es una acumulación de pus en un área del cuerpo, que se produce como resultado de una infección bacteriana. Los perros pueden desarrollar abcesos en cualquier parte del cuerpo, incluyendo la piel, los músculos y los órganos internos. Los abcesos de la piel son los más comunes, y suelen ser causados por lesiones o mordeduras de insectos, como pulgas o garrapatas. Los abcesos pueden ser externos o internos, pero en ambos casos, hay una acumulación de líquido amarillo y espeso, que
puede causar fiebre y dolor en tu mascota.
¿Cómo se detectan los abcesos en perros?
El signo más común de un absceso es una protuberancia dolorosa en la piel, que suele estar roja y caliente al tacto. Si tocas la zona afectada, puede sentirse suave, y si está cerca de una articulación, puede haber dificultades para que tu mascota camine de manera normal. En algunos casos, también puede haber fiebre y falta de apetito. Si notas alguno de estos síntomas, es importante llevar a tu perro al veterinario para que lo examinen y reciban tratamiento.
¿Cómo se tratan los abcesos en un perro?
La mayoría de los abcesos se tratan con antibióticos, que son recetados por el veterinario después de examinar a tu mascota y determinar la causa y la gravedad del absceso. En algunos casos, es posible que el absceso necesite ser drenado, especialmente si es grande y doloroso. El drenaje del absceso se realiza con anestesia local y un pequeño corte, que permite que el pus acumulado salga. Si tu perro necesita un drenaje, es posible que necesite usar un collar de protección, para evitar que se lamido la herida.
¿Cómo prevenir los abcesos en tu mascota?
Es difícil prevenir completamente los abcesos en perros, ya que pueden ocurrir por una variedad de factores. Sin embargo, hay algunas cosas que puedes hacer para reducir el riesgo de que tu mascota desarrolle un absceso, como mantener su piel y pelaje limpios y saludables, revisar regularmente su piel en busca de signos de lesiones y heridas, y tratar cualquier lesión o infección de inmediato. También es importante controlar las mordeduras de insectos y evitar que tu perro tenga contacto con animales agresivos.
Abcesos más comunes
Los abcesos en perros pueden ser de diferentes tipos y según su ubicación en el cuerpo se pueden clasificar en:
• Subcutáneos: se presentan debajo de la piel.
• Dentales: se encuentran en la cavidad bucal de tu mascota.
• Internos: se desarrollan en órganos internos del perro, como pulmones o hígado.
• Anales: se observan cerca del ano del perro.
Absceso dental
Los abscesos dentales en los perros pueden ser causados por una variedad de razones. En algunos casos, la acumulación de placa bacteriana en los dientes puede causar la infección. Otra razón común es debido a una lesión en la boca o en los dientes. Estos
problemas pueden llevar a la infección del nervio del diente.
Los síntomas de los abscesos dentales en los perros varían, pero los signos comunes incluyen babeo excesivo, mal aliento, inflamación, dolor al comer y cambios en el comportamiento.
El tratamiento de un absceso dental varía dependiendo de la gravedad del caso. En algunos casos, se puede tratar simplemente con antibióticos y la extracción del diente infectado. En otros casos, la cirugía oral puede ser necesaria para eliminar la infección.
La mejor manera de prevenir los abscesos dentales en su perro es mediante la higiene dental diaria.
Absceso en el cuello
Los abscesos en el cuello en perros son una acumulación de pus en la zona del cuello, y pueden aparecer por diversas causas. Una de las principales causas es una herida infectada, que puede haber sido causada por una mordedura o rasguño de otro animal, o incluso una lesión autoinfligida debido a rascarse la piel con excesiva frecuencia.
Los abscesos también pueden ser causados por una infección de las glándulas sebáceas en la piel, o también como resultado de una enfermedad dental o de las encías.
El tratamiento para los abscesos en el cuello en perros dependerá de la causa subyacente de la afección y la gravedad de la misma. En el caso de una herida infectada, por ejemplo, es importante que primero se limpie la zona afectada, retirando cualquier suciedad y desechos, y luego tratar la infección con antibióticos tópicos u orales. Si el absceso es muy grande o doloroso, el veterinario puede optar por drenarlo para aliviar la presión y reducir la inflamación.
Prevenir los abscesos en el cuello en perros es relativamente fácil si se toman las medidas adecuadas. Mantén a tu perro alejado de otros animales agresivos que puedan morderlo, y evita que se rasque excesivamente la piel. Además, es importante mantener las vacunas y desparasitaciones de tu perro al día, y llevarlo al veterinario para chequeos regulares para detectar cualquier problema a tiempo.
Absceso en el músculo de la pata
Detectar un absceso en el músculo de la pata de tu perro no siempre es fácil. A menudo, puede ser muy doloroso para tu perro y puede llevar un poco de tiempo notar un absceso. Los síntomas típicos de un absceso incluyen inflamación, secreción de pus y enrojecimiento. Si ves alguno de estos síntomas, es posible que tu perro tenga un absceso en el músculo de su pata. Cuando tu perro cojea o parece tener dolor o sensibilidad en la pata, también podría ser un indicador de un absceso.
El primer paso para tratar un absceso en el músculo de la pata de tu perro es llevarlo al veterinario. Allí, el veterinario deberá drenar el absceso, lo cual se hace mediante una pequeña incisión que permite que el pus evacue. Por lo general, también se le recetará un antibiótico para ayudar a combatir la infección y evitar que se disemine por el cuerpo de tu perro.
La mejor manera de prevenir que tu perro desarrolle un absceso en la pata es mantenerlo limpio y libre de cortes o heridas. También es importante eliminar cualquier objeto afilado o peligroso en la casa o en el lugar donde tu perro juegue, para evitar que se lesione.
Absceso corneal
Un abceso corneal es una infección localizada en la córnea, la capa transparente en la parte frontal del ojo. Puede ser causada por rasguños, cuerpos extraños o lesiones en la córnea. Los síntomas incluyen enrojecimiento, dolor ocular, sensibilidad a la luz, lagrimeo y secreción ocular.
Un veterinario puede realizar un examen físico del ojo del perro y realizar una prueba de fluoresceína para detectar cualquier rasguño o lesión en la córnea. Si se sospecha un abceso corneal, el veterinario puede realizar una prueba de cultivo para determinar la causa de la infección.
El tratamiento depende de la causa subyacente del abceso corneal y la gravedad de la infección. El tratamiento más común es la administración de antibióticos tópicos y analgésicos para aliviar el dolor y la inflamación.
Una buena higiene ocular es una forma de prevenir un abceso corneal. Los dueños de mascotas deben intentar evitar que sus perros rasquen sus ojos y deben cortar regularmente las uñas de los perros para evitar rasguños en la córnea. También es importante evitar que los perros se acerquen a sustancias irritantes como productos químicos domésticos
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