En el mundo de las mascotas hay muchos mitos sobre su comportamiento, como la enemistad eterna entre perros y gatos. Lo cierto es que esto es solo eso, un mito, ya que la amistad entre perros y gatos es más frecuente de lo que crees, ocho de cada diez hogares con perros y gatos tienen una buena convivencia entre ellos. Por supuesto, al tratarse de animales de especies diferentes necesitarán ciertas precauciones iniciales para conocerse. Si ya tienes un perro en casa y quieres sumar un gato o viceversa, te contamos en este post cómo puedes ayudar a la convivencia entre perros y gatos en tu hogar.
Llevarse como el perro y el gato: mito o realidad
Usamos esta expresión cuando dos personas se pelean continuamente. Sin embargo, no ocurre siempre esto en el mundo animal, ya que los animales se manejan por sus instintos y energías, y una vez se conocen entre ellos y saben los límites mutuos pueden tener una buena convivencia.
Los perros y los gatos son de especies distintas y por tanto tienen distintos códigos de conducta. Mientras un perro mueve la cola normalmente cuando está contento, en cambio el gato podrá agitar la cola cuando esté enfadado o cuando algo le está molestando.
Lo que es importante que sepas es que los perros no odian a los gatos, solo responden a su instinto cazador, los perros cazan a muchas presas y en la vida urbana hay más probabilidad de que se crucen con un gato que con otro animal. Cuando esto ocurre el perro corre instintivamente detrás del gato, y claro está, el gato huirá, pero esto no les convierte en enemigos eternos ni mucho menos.
Los perros que han aprendido a convivir con gatos es porque ya no los ven como presas y se han conocido bien con sus respectivos límites. Lograr esto a veces no es fácil, lleva tiempo y además seguir una serie de pautas que facilite tanto al perro como al gato encontrar los mejores puntos de encuentro para su convivencia.
¿Entonces los perros pueden convivir con gatos?
Definitivamente sí, son muchos los perros que conviven con gatos y que además se convierten en los mejores amigos a pesar de ser de especies distintas, o ¿acaso los perros no dicen que son los mejores amigos del hombre y también son de especies distintas? La armonía entre distintas especies se puede conseguir teniendo conocimiento sobre las necesidades de cada una y respetando sus límites.
Hay que tener en cuenta que tanto los perros como gatos son depredadores y cazadores, pero también pueden ser presas, lo que puede agrandar la desconfianza entre ellos. Por ello es muy importante seguir una serie de pautas para lograr que tanto el perro como el gato se sientan seguros y tranquilos en su hogar.
Las claves para la convivencia entre perros y gatos
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Trata de que se conozcan en la primera etapa de vida.
Uno de los factores que más favorecen a que surja la amistad entre perros y gatos es que ambos sean cachorros cuando se conozcan, esto es debido a que durante los primeros tres meses de su vida en su período más intenso de desarrollo social. Si conoce a otros animales de diferentes especies en ese período de tiempo, los aceptará como parte normal de su vida y asimilará una fluida relación perros y gatos.
Si el gato está en edad madura y el perro también puede provocar que sus instintos afloren y se pongan territoriales el uno con el otro y llevará más trabajo y tiempo que se acepten. Deberás cuidar la educación en positivo desde el primer día de convivencia para ambos y ya verás como verás avances poco a poco, no tengas prisa.
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Respeta los códigos de cada especie
Hay que tener en cuenta antes de que ambos animales estén juntos que cada especie tiene su manera de organizarse de acuerdo a sus códigos. Mientras que los perros son animales societarios de manada, los gatos son cazadores solitarios territoriales, lo que puede desencadenar fricciones entre ellos. Será importante respetar la jerarquía que ellos mismos marquen para su convivencia, tratando de darles su propio espacio para que ellos se puedan organizar de una manera saludable.
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Haz una presentación de un animal al otro de forma gradual
Para empezar con buen pie una convivencia entre perros y gatos será importante que planees una presentación gradual de uno de los miembros al otro. Lo que no debes hacer nunca es meter a uno de los animales en la casa del otro sin al menos haber seguido una serie de pasos previos, ya que no se conocen y se sentirán como intrusos, solo conseguirás que quieran cazarse mutuamente. Por eso debes evitar que se alteren el uno en presencia del otro, más adelante te contaremos cómo hacer una buena presentación entre ellos.
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Darles comida en áreas separadas
Sobre todo en los primeros días o semanas de la convivencia, tienes que tratar de que tanto tu perro como tu gato tengan sus espacios diferenciados para la comida para evitar una disputa. Con el tiempo y cuando ya se conozcan no necesitarás separarles sus cuencos y comerán de manera tranquila el uno junto al otro.
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Dales juguetes adecuados a cada uno
En el mundo animal también existe el deseo de tener lo que tiene el otro, lo que puede empeorar mucho una relación entre perro y gato. Los juguetes logran canalizar el instinto de caza en los gatos evitando conductas depredadoras, mientras que el perro lo tomará como algo que simplemente le pertenece. Por ello, es importante que tengan juguetes cada uno relacionados con sus preferencias, además servirán para que se mantengan entretenidos y liberen energía, logrando una mayor satisfacción y bienestar.
Cómo presentar un gato a un perro y viceversa
1. Presentale una prenda con el olor del otro
Ante la pregunta de cómo presentar un gato a un perro, lo más importante es saber que los animales se conocen a través de su olor, por ello es importante ofrecer algo con el olor de un animal al otro antes de su primer encuentro físico. Puedes intercambiar mantitas, juguetes y platos de comida. Nunca frotes ese objeto con el olor de un animal por el cuerpo del otro ya que eso puede irritarlo mucho. Se trata simplemente de dejarla y permitir que se acerquen a su ritmo para olerla.
Mientras haces esto, debes mantener a los animales unos días en habitaciones separadas pero conectadas por puerta cerrada. Los animales se olfatearán debajo de la puerta y se acostumbrarán a la presencia y al olor del otro sin estresarse, ya que se sientes seguros.
2. Dejar que ambos se vean y olfateen con una reja de protección entre ambos
Preséntalos en un lugar amplio y grande y a ser preferible llevando el perro atado. El gato, por su parte, debe tener la posibilidad de huir hacia una estanteria, por ejemplo.
Obsérvalos y permita que se miren y se huelan. En este paso lo mejor es que puedan verse los animales desde cierta distancia de seguridad durante unos minutos y siempre bajo supervisión. Para que este paso tenga éxito también puedes previamente liberales de energía sobrante mediante juegos y ejercicio previamente a verse. También aliméntalos bien para que no estén hambrientos y ansiosos al momento de verse y pueda complicar la situación.
3. Las primeras interacciones cortas y exitosas
Mantén atado al perro en el primer encuentro y observa continuamente su lenguaje corporal, háblales con calma y tranquilidad a los dos. Además, no cojas al gato en brazos ya que si se asusta puede tratar de soltarse y arañar sin querer.
Si el comportamiento es correcto y ambas mascotas se muestran tranquilas pueden interactuar unos minutos. Si por el contrario se muestran tensos o su lenguaje corporal es de ataque dales espacio de nuevo y vuelve a separarlos, esto es habitual y solo indica que tardarán un tiempo en aceptarse. Lo ideal es esperar un tiempo a que ambos animales empiecen a convivir respetándose, y ten paciencia ya que esto puede tardar semanas, incluso meses.
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